Iglesia Parroquial Nuestra Señora del Rosario
Este templo de pequeñas dimensiones alberga a la patrona titular de Las Pajanosas, Nuestra señora del Rosario. Formaba parte del conjunto de edificios de que la familia Soto posee en esta zona y junto a la vivienda principal servía de capilla privada, siendo donada posteriormente al pueblo para que hicieran de este también su lugar de culto principal.
La imagen titular de Nuestra Señora del Rosario data de finales del siglo XVIII aunque se desconoce su autor. Pocos datos tenemos también sobre el templo que data de finales del siglo XIX con diversas modificaciones sobre todo en el siglo XX. Consta de una sola nave de pequeñas dimensiones y tejado a dos aguas, también su interior es sencillo con cubierta a dos aguas. La fachada es sencilla con una portada que da a la Avenida Concepción Soto con cubierta a dos aguas y remate con un pequeño cuerpo de campanas.
Epicentro es este lugar de las celebraciones patronales en honor a la patrona. Su salida procesional se produce a finales de agosto dando lugar a las fiestas patronales que se celebran en el recinto ferial que está en sus alrededores. También el primer fin de semana de octubre tiene lugar la Romería en honor de la Vírgen del Rosario que parte desde aquí hasta el Parque de la Zahurdilla.
Las Pajanosas era el nombre de una dehesa que pertenecía al ayuntamiento de Guillena como bien de propios, y que se dedicaba fundamentalmente a pastos para el ganado. Así se refiere el Catastro de la Ensenada a mediados del siglo XVIII. Posteriormente, en el año 1805 se porcedió al “reparto de la dehesa de la Pajanosas en suertes para la siembra”, lo que propicia la primer a colonización de estas tierras que pronto crecería al calor del tráfico de la carretera de Badajoz que se convirtió en la principal vía de comunicación entre Andalucía occidental y las tierras castellanas.
Se convierte entonces a principios del siglo XIX en las “Ventas de las Pajanosa”, un centro de parada y fonda y que hacia 1847 contaba ya con puesto de la Guardia Civil. Era ya una época de constante crecimiento y consolidación de la aldea con incesante trasiego de arrieros y caminantes. En 1851 las Ventas de la Pajanosa contaba ya con 150 habitantes distribuidos en dos calles: Ventas y Arrecife, siendo además la mayoría una población bastante joven.
Los nuevos colonos se ocuparon mayormente en menesteres relacionados con la agricultura, pero muchos otros se dedicaron a las labores propias de un lugar de parada y fonda llegando en este momento a haber hasta 15 ventas. Una vez construidas, las posadas estaban compuestas por cuadras , corrales, pajares y descargaderos, además de por alguna que otra habitación y taberna. Por este paisaje se movilizaban fundamentalmente arrieros, dedicados al transporte de mercancías en recuas de mulas, y tragineros (pequeños comerciantes ambulantes) o simples gentes ocupadas en algún asunto. Esta abigarrada clientela descansaba, junto a sus bártulos y bestias en las posadas, y , por supuesto, comían viandas humildes pero nutritivas. Pan, bacalao seco y tocino era la oferta culinaria fundamental de las posadas, junto al vino de las pasas, que tanto debía aliviar los sofocos del camino.
En la actualidad Las Pajanosas es un importante lugar de encuentro gastronómico a las puertas de Sierra Morena y muy cerca de Sevilla. Ambas cosas le han hecho convertirse en un punto estratégico y un importante motor económico del municipio.